Por segundo año consecutivo la CPC Biobío y la Universidad del Desarrollo (UDD) generaron el estudio Radiografía de Indicadores de Género, que aborda la participación laboral de mujeres y hombres, las brechas salariales de género y las mejores prácticas en equidad dentro de las organizaciones, proponiendo además una hoja de ruta para construir entornos laborales más inclusivos y sostenibles.

Entre los hallazgos 2024, la presencia de mujeres en directorios de empresas del Biobío cayó al 19,5%, cifra que representaba el 24,2% en el 2023. Esto refleja un significativo retroceso frente al promedio del 28% en países de la OCDE e imprime un sentido de urgencia a la necesidad de implementar políticas efectivas que fomenten la inclusión en espacios de alta dirección y toma de decisiones estratégicas.

Por otra parte, se registró un aumento en la participación femenina en cargos gerenciales, pasando del 23,8% en el año anterior al 32.2% en el periodo actual. Sin embargo, los hombres aun ocupan el 67,8%, lo que evidencia barreras que limitan el acceso equitativo a estos roles de liderazgo.

En cuanto a las brechas salariales, el 54% de las organizaciones no las mide en cargos gerenciales y el 45% no lo hace en el nivel de jefaturas, lo que limita el diseño de políticas efectivas y perpetúa las desigualdades.

A nivel de buenas prácticas se identifica la ausencia de un enfoque estratégico en políticas de equidad, donde sólo un 42% de las empresas declaran contar con ellas y muchas carecen de metas medibles y asignación de recursos, que da cuenta de un tratamiento aislado del tema. Frente a esto la recomendación es que la equidad de género precisa de un abordaje no sólo ético, sino también como una ventaja competitiva y un factor de sostenibilidad, traduciéndose en beneficios concretos como mayor rentabilidad, mejoras en el clima laboral y la atracción de talentos diversos.

En la Región del Biobío un 69% de las organizaciones encuestadas afirmó tener un enfoque orientado a la conciliación de la vida laboral, familiar y personal en contraposición a un 28% de entidades que no cuenta con ello. Un 43% de empresas lo plasman en una política específica que comunica a toda la organización, mientras que un 31% no cuenta con ella.

Uno de los aspectos consultados que llama la atención es la baja corresponsabilidad en tareas de cuidado, área en el que menos de un 0,3% de los hombres en Chile hace uso del permiso parental, perpetuando así roles tradicionales de género. A pesar de avances como el teletrabajo (54%) y horarios flexibles (46%), el estudio concluye que aún se necesitan políticas que fomenten la corresponsabilidad en estas labores.

Respecto a la prevención del acoso y la violencia laboral, un 88% de las organizaciones consultadas ha adoptado protocolos en el marco de la Ley Karin que entró en vigor en el 2024, pero solo el 19% aborda la violencia intrafamiliar, lo que es un desafío crítico por su impacto en la productividad y bienestar de los trabajadores.

En cuanto a las oportunidades, estas se dan especialmente para sectores con condicionales laborales exigentes en ámbitos de salud y seguridad laboral femenina, pues un 51% de las empresas del Biobío no han implementado protocolos específicos en la materia. También hay espacios de mejora en formación de liderazgo inclusivo a través de capacitaciones a equipos directivos en enfoque de equidad de género, lo que mejora la toma de decisiones, fortalece la cohesión organizacional y prepara a las organizaciones para adaptarse a cambios en entornos competitivos.

En la instancia de presentación de los resultados ante líderes de diversas organizaciones y empresas regionales, la presidenta del comité y directora de la multigremial, Beatriz Seguel, aseguró que “esta radiografía es   una poderosa herramienta de gestión para las organizaciones, nos entrega un diagnóstico preciso y permite identificar focos de mejora. Su aplicación en el momento económico que vive la región y en el contexto de los cambios normativos que experimentan los sectores que mueven la producción e industria, nos invita a evaluar los resultados por un lado y, por otro, incorporar en la adaptación a estos cambios el fortalecimiento del liderazgo de las mujeres y su participación laboral como pasos necesarios para garantizar crecimiento   económico sostenible”.

Por su parte, la Dra. Claudia Reyes, Investigadora de la Facultad de Comunicaciones UDD señaló que “esta medición nos permitió por segundo año consecutivo identificar la variación y evolución que el tema de género presenta en las empresas del Biobío. En ese sentido hemos visto como el desafiante contexto económico local ha tenido un impacto negativo en la materia, disminuyendo en espacios de liderazgo y en organizaciones que declaran y comunican políticas que se hagan cargo de la equidad. Sin embargo, estamos optimistas pues hemos podido poner en valor el impacto positivo que las buenas prácticas tienen y el interés de distintos sectores productivos por aprender y profesionalizar su gestión en la materia avanzando en mayor equidad de género dentro de sus culturas organizacionales.