Pablo Cabrera, alumni de la carrera de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, ha demostrado ser un profesional que trasciende fronteras tanto geográficas como creativas. En 2016, decidió dejar Chile para mudarse a Alemania, específicamente a Berlín, por amor y dispuesto a vivir nuevas experiencias y desafíos en su carrera. Este recorrido -de casi ocho años- lo llevó a publicar recientemente Navaja afilada por el viento, su primer libro de poemas. 

Según cuenta el arquitecto -que se tituló en 2008- la publicación es un cierre de ciclo sobre su arribo a Alemania, debido a que en sus páginas se pueden encontrar las sensaciones y cosas que le llamaron la atención durante sus primeros meses. 

La escritura llegó a la vida de Cabrera casi por casualidad. Mientras vivía en Chile, solía expresarse a través de cuadros plásticos o pinturas. Sin embargo, al llegar a la capital alemana, no contaba con el espacio ni los materiales necesarios para continuar con sus creaciones. Así, sin otra opción, tomó un cuaderno de croquis y comenzó a acompañar sus dibujos con palabras que describían sus sensaciones del momento. Al unirse, estas palabras formaban textos de cuatro o cinco líneas. “Paralelamente, descubrí que en la ciudad existía una escena literaria en español muy activa, con talleres, convocatorias y micrófonos abiertos. Esto me permitió perfeccionar mi estilo, y al poco tiempo me atreví a enviar un poema, que fue publicado en una revista”, recuerda. 

“Constantemente estoy buscando revistas o sitios web para que mis poemas sean exhibidos, y hoy existen más lugares gracias a las redes sociales. La única manera de recibir una retroalimentación es golpear las puertas. Cuando estoy enredado con una idea, pido una segunda opinión a alguien de más experiencia para que me diga ‘esto está bueno; en realidad no está tan mal; o está horrible”, comenta. 

El mundo de la poesía no era ajeno para Cabrera. Siendo profesor en la Facultad de Arquitectura y Arte de la UDD, entre 2009 y 2015, utilizó diversos textos para ayudar a sus alumnos a comprender mejor ciertos tipos de paisajes. “A los estudiantes les servía para abstraer ideas, dar forma y estética a un territorio. Recuerdo el ejemplo del desierto, partíamos de una conceptualización, que es relativamente poética, y luego íbamos aterrizando la información hasta darle una forma más racional. Uno siempre tiene una idea de lo que es el desierto, pero luego lees un poema sobre el lugar y te cambia la perspectiva”, señala. 

Actualmente el alumni UDD trabaja en una oficina de arquitectos en Alemania, donde se dedica al levantamiento de edificios. Y continúa con su faceta de escritor de poemas lo que le permitirá participar, en octubre, en un festival de literatura hispanohablante, organizado por la Universidad Libre de Berlín, para hablar sobre arquitectura y poesía.