Alumni de Diseño UDD crea acuarelas orgánicas con elementos de la naturaleza
Conectar con la tierra y hacer arte desde la sustentabilidad es uno de los propósitos que actualmente tiene Lorena San Martín, alumni de Diseño UDD, sede Concepción. Cuenta que, con la llegada de la pandemia, comenzó un proceso de introspección y se refugió en la pintura, como un hobby, mientras compatibilizaba su vida como diseñadora en una empresa en la que teletrabajaba.
Se fue a vivir al Valle Las Trancas, en la Región de Ñuble, y esa conexión con la naturaleza la hizo descubrir un nuevo mundo desde donde hoy emprende con Terra Lunart. Empezó a investigar la forma de extraer pigmentos de la tierra y generar acuarelas 100% naturales y orgánicas para sus creaciones. Además imparte talleres para que otras personas puedan realizar por sí mismas esta tarea.
“Me puse a sacar ideas de artistas chilenas, a buscar inspiración en cómo lo hacían los pueblos originarios, los aborígenes de otros países para trabajar las pinturas con las que hacían su arte, maquillaje, entre otras cosas. Así me fui metiendo en esto y descubrí que hay una comunidad en Chile y en el extranjero que trabaja con arte orgánico”, relata Lorena.
Un gran impulso para ella fue participar en un simposio relacionado con el tema, donde pudo exponer algunas de las pinturas que había hecho. Ahí conoció nuevas técnicas para trabajar rocas, recetas para lograr un color en particular o mezclas que debía hacer para obtener pigmentos de calidad, ya que, según comenta, para llegar al tono y textura deseados, el proceso muchas veces es largo y puede tardar semanas o meses.
“Creo que uno de los beneficios de trabajar con el arte orgánico es que desarrolla mucho la creatividad. No es un material que viene preparado, listo para usarse y que el pincel fluye maravillosamente sobre el papel, sino que tienes que rebuscártela para hacer que un color determinado se acomode a tus necesidades al momento de pintar”, explica.
En todas estas etapas, Lorena busca que el proceso sea totalmente sustentable y en armonía con la naturaleza. Por lo mismo, sostiene que “yo me dedico a recoger lo que ya la naturaleza botó, elementos que ya estén muertos. Entonces de la muerte como que los traigo a la vida. Por ejemplo, cortezas de árboles en el camino, ramas que ya estaban secas, hojas en el suelo desprendidas por la acción del viento, rocas de diferentes colores. Hay un movimiento de pintar con elementos naturales, pero hay que ser conscientes de cómo lo estamos extrayendo”.
Destaca que este tipo de acuarelas está basado en el conocimiento antiguo y parte de su trabajo ha sido estudiar para rescatar formas tradicionales en las que se elaboran estos materiales, además de generar colores únicos, con una historia detrás. “El amarillo fue el primer color que capté con tierras de Concepción, el morado lo recolecté en el Valle Arcoíris en San Pedro de Atacama o el rosado de unas rocas en Valle Las Trancas”, recuerda la alumni de Diseño.
En cuanto a los talleres que realiza, enseña desde la forma en que se pueden extraer los pigmentos minerales o las tintas vegetales hasta las técnicas de pintura. Todo lo anterior con un enfoque en el arte terapia, donde los asistentes puedan conectar con emociones a través de los colores y la pintura. A futuro, busca llevar estos espacios a empresas o entiendades educativas para apoyar los diferentes procesos de comunicación de las organizaciones.