Tomar las maletas e irse de Chile no es una decisión fácil, más si se llegará a un país totalmente distinto donde el idioma es otro, las horas de luz natural son pocas y donde las temperaturas pueden ser de -20°. Pero eso fue lo que hizo Felipe Gárate, alumni de ingeniería comercial de la Universidad del Desarrollo, quien actualmente se encuentra trabajando en Helsinki, Finlandia, en el Design Factory Global Network de la Universidad Aalto.

«Al principio fue todo incierto porque me ofrecieron el trabajo y no tenía idea de cuándo me iba a ir. La embajada de Finlandia estaba cerrada y no daban hora para poder sacar el permiso de residencia”, comenta Gárate. Le ofrecieron el puesto en mayo de 2020, pero por la pandemia, recién se pudo integrar en enero de 2021, año en que se tituló. Hoy vive con su pareja y están acostumbrándose al estilo de vida de los finlandeses: “la gente acá es bastante distante porque respetan mucho el espacio personal del resto, cosa que nosotros los latinoamericanos no hacemos. Pero en la oficina son más cercanos”.

Actualmente, Felipe Gárate es uno de los coordinadores de una red internacional de universidades que promueven la innovación y la interdisciplina y están enfocados en realizar entrenamientos y crear instancias para que se generen proyectos de colaboración entre las instituciones.

¿Qué fue lo más difícil de enfrentar en el ámbito laboral?

– Las formas de trabajar son totalmente distintas a las que hay en de Chile. En mi caso, mis primeras tres semanas fueron completamente online, eso fue difícil porque en el trabajo que nosotros hacemos junto a mi equipo (donde trabaja mi jefa finlandesa, un compañero turco y una compañera noruega) es súper importante estar con las personas debido a que todo se basa en la confianza, en entablar relaciones personales con la gente.

¿Cuál es la principal diferencia con la manera de trabajar que hay en Chile?

– Aquí son muy eficientes y comparando con Chile, las reuniones son cortas, van directo al punto, eso al principio me incomodaba un poco porque me cuestionaba si era un tema personal o no, pero finalmente no lo es.

¿Qué herramientas, obtenidas en la UDD, te han servido para tu trabajo actual?

– En 2017 participé en un programa financiado por iCubo, en Stanford, Estados Unidos, el cual forma a estudiantes para que se conviertan en agentes de cambio y promuevan la innovación dentro de sus pares. Ahí conocí a muchos jóvenes, lideres de todo el mundo que me inspiraron bastante. Para mí fue como un punto de inflexión en mi paso por la UDD. También, con la gente de iCubo aprendí mucho sobre design thinking, sobre liderazgo y emprendimiento centrado en las personas.

Debido a que estás trabajando fuera de Chile ¿cómo sientes que es el tema de la Globalización UDD?

– Es una fortaleza que tiene la universidad, ya que tienen convenios con más de 200 universidades y eso demuestra el interés que ponen en esta categoría. Es importante que las organizaciones y las personas se conecten con más gente en otros países porque literalmente «hay un mundo afuera». Hay un montón de metodologías y cosas que nosotros no sabemos, y que en otros lugares pueden estar más avanzados y si no lo están, por lo menos tienen otra perspectiva. Entonces, es súper importante estar siempre vinculado con lo que está pasando fuera de la casa.

¿Qué se viene para tu futuro?

– Estoy pensado en mis próxima aventuras y oportunidades que se puedan presentar. Pero para mí, venir acá a Finlandia es un privilegio, es una oportunidad que no a todos se les presenta y en base a eso, siento la responsabilidad de llevar las herramientas y los conocimientos que he aprendido a Chile porque yo creo que hay muchas cosas que podemos hacer mejor y me encantaría ser parte de esa gente que lleva iniciativas del extranjero a Chile.