El ingeniero comercial UDD, Gonzalo Eskenazi -junto a sus socios María de los Ángeles Méndez y Felipe de la Vega- creó COPGEL, un dispensador de alcohol gel que se diferencia de otros por su modelo de libre contacto al contar con un pedal para presionarlo con el pie, por tener alcohol enriquecido con nanopartículas de cobre y también por tener este mismo elemento en la pintura del modelo.

La idea nació para concientizar la importancia de las medidas de protección durante esta pandemia. “Si yo me cuido, cuido a los demás”, mencionó Gonzalo, quien también puntualizó en la importancia de las “propiedades que tiene el cobre en la salud y dentro de la industria”.

“Empezamos a informarnos sobre las ventajas del cobre en materia de protección y beneficios antimicrobiano (inactiva bacterias, hongos y virus) (…) Ya con toda la información sobre la mesa, decidimos que ese era el gran valor agregado de nuestro producto, además del pedal para que las personas no tengan contacto directo con el dispensador”, comentó.

El proyecto se creó en junio de este año y durante el mismo mes hicieron una alianza con el Laboratorio Arensburg para “potenciar juntos los beneficios del cobre, ya que su alcohol gel es enriquecido con ese elemento. Tiene una fórmula con alcohol al 70% potenciado por la acción bacteriana y protectora del cobre”, señaló el alumni UDD.

A esto agregó que “a principios de julio registramos la marca y ya hemos vendido un número importante de COPGEL llegando incluso hasta Puerto Montt (…) Para nosotros es muy importante entregarles a nuestros clientes una solución de forma segura, confiable y con un excelente servicio”.

La experiencia de emprender en pandemia

Para el creador de COPGEL, el emprender en una pandemia mundial no ha sido fácil, sin embargo, aseguró que los tres socios han sabido sacar provecho de la situación, sobre todo cuando el proyecto consiste en buscar soluciones y dar empleos en tiempos de crisis.

“Ha sido todo un desafío, algo nuevo y entretenido. Mucho trabajo, pero ha valido la pena (…) Lo más difícil fue sacar el modelo del dispensador, ya que requería tiempo y era lo que no teníamos.  Y lo más fácil, por suerte, la buena relación que hemos tenido dentro del equipo. Este último punto es clave, ya que es importante confiar en las capacidades que tiene cada uno y sacar lo mejor de sí para ser un aporte”, puntualizó Eskenazi.

Por otro lado, Gonzalo destacó que la Universidad del Desarrollo siempre fomentó el emprendimiento entre sus alumnos, para formar profesionales independientes y con las herramientas suficientes para formar su propio negocio. “En primer año, recuerdo que los alumnos de Ingeniería Comercial debían realizar una idea de negocio y llevarla a cabo en la Universidad (la semana del emprendimiento). Tuvimos varios ramos que nos entregaron herramientas para esto. También la UDD nos entregó las claves de cómo hacer un modelo de negocio, la importancia del trabajo en equipo y la de innovar”, recalcó.

Finalmente, el ex alumno UDD aconsejó a otros estudiantes interesados en comenzar su propio proyecto a centrarse en darle un valor agregado a su emprendimiento: “Lo que marca la diferencia es el plus adicional que uno le dará para ser mejor y diferenciarse del resto. Si tienes una idea que piensas que es buena, hay que estudiarla y ‘lanzarse’. Muchas cosas se pueden ir mejorando en el camino, pero hay que comenzar para concretar las ideas”.