Hero Image

Noticias

Más de 350 voluntarios UDD ayudaron a distintas comunidades del país

En el marco de la formación extradisciplinaria y la Responsabilidad Pública, la Universidad de Desarrollo, por medio de la Dirección de Asuntos Estudiantiles, realiza anualmente la salida de distintos proyectos que tienen como fin aportar a la comunidad desde distintas áreas.

La Universidad del Desarrollo realizó sus tres voluntariados de la época estival. Trabajos de Verano en Yumbel, Sonríe UDD en Quillón y Huella en Portezuelo fueron los proyectos que salieron para ayudar a los ciudadanos de dichas comunas.

Trabajos de Verano (TTVV), voluntariado que tiene 23 años de vida, partió a Yumbel para construir 13 casas para las familias que más lo necesitan. Con apoyo del municipio de la ciudad, los 140 alumnos que participaron construyeron durante 12 días.

Daniel Urrutia y Lidsay Villela, Jefes Generales de Trabajos de Verano, comentaron que “fue una tremenda experiencia el poder ayudar a las familias de Yumbel. La Municipalidad se portó increíble con nosotros y el recibimiento de toda la gente fue muy bonito”.

Destacar que el objetivo general de TTVV es mejorar las condiciones de vida de personas que viven en desfavorables condiciones habitacionales y sociales es lo que motiva a un inquieto grupo de estudiantes que destinan parte de sus vacaciones de verano para ayudar a los más desposeídos.

Sobre la importancia que tienen los voluntariados para la UDD, Ignacio Ternicier, Sub Director de Asuntos Estudiantiles explicó que “los voluntariados cumplen un rol fundamental, por dos motivos. El primero, son una instancia de ayuda a las personas más vulnerables de nuestra región y del país, por medio de las distintas prestaciones que estos realizan, construcción de viviendas, atenciones de salud y apoyo a las pymes, y también de compañía a través de misiones. Y, en segundo lugar, porque son un espacio de formación extracurricular para nuestros alumnos, quienes desde temprano se vinculan y conocen la realidad de nuestro país”.

Huella fue otro de los voluntariados que dijo presente en este 2020. Es un proyecto de la UDD, que nace como respuesta a la necesidad de evangelizar a través de la misión. Portezuelo fue el lugar escogido donde 74 voluntarios misionaron y construyeron para aportar a la comunidad.

En ese sentido, los Jefes Generales de Huella Bastián Muñoz y Valentina Alarcón, dijeron que “como equipo estamos felices, pues se logró el objetivo que planteamos en conjunto hace un año, el cual era llevar a Cristo a los corazones de los Portezolanos y de nuestros propios compañeros”.

El tercer voluntariado de la Universidad que salió a terreno fue Sonríe UDD. Operativo masivo de ayuda a la comunidad, en el cual alumnos de las distintas carreras prestan servicios gratuitos y de calidad a la gente más necesitada de una comuna determinada, ejerciendo lo aprendido en sus años académicos y prácticas profesionales.

Al igual que en el invierno del año pasado, Quillón fue el lugar escogido para que los 140 voluntarios comenzaran a recibir a la gente de la ciudad en el Colegio Héroes del Itata.

En total los alumnos de la UDD atendieron un total de 380 pacientes y realizaron más de 5.000 prestaciones médicas en solo 10 días. Por otra parte, ayudaron a 15 emprendedores local realizando asesorías en distintas áreas.

En la misma línea, las jefas Generales de Sonríe UDD María Ignacia Jamett y Dominique Junge, dedicaron palabras a todo el equipo diciendo que “gracias infinitas a todas las personas que confiaron, a los voluntarios, staff y coordinadores, porque en conjunto pudimos sacar adelante una versión compleja, y sin duda lo más importante es que nunca faltó el cariño, amor y la entretención entre nosotros”.

Con respecto al crecimiento que viven los alumnos durante estos voluntariados, el Sub Director de Asuntos Estudiantiles aseguró que “les sirve muchísimo, pues nuestros estudiantes trabajan durante mucho tiempo antes de implementar el mismo proyecto, por lo tanto, aprenden de gestión. Además, estando en terreno, tienen una aproximación temprana (como «profesionales») a la realidad que vive la mayoría de los chilenos.

Por último, sobre el aprendizaje que reciben los alumnos, Ternicier señala que es tremendo y que además regresan con “una experiencia que les marcará la vida personal y profesional, relacionada por la vinculación con las personas más necesitadas de nuestro país, pero también con darse cuenta que ellos pertenecen a un grupo de personas que gozan de ciertos privilegios que están alejados de la gran mayoría de nuestros compatriotas, y que dichos privilegios les permitirán liderar el Chile del futuro”.