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Lo que dejó el debate «Chile 2014 – 2018: Ojo con la cultura»

El evento organizado por la Universidad del Desarrollo reunió a los representantes de cultura de los candidatos a La Moneda.

Un centenar de personas llegaron al foro sobre cultura que organizó la Universidad del Desarrollo, en el Centro Cultural Palacio La Moneda. Los representantes de los candidatos a Presidencia de la República se enfrentaron -conscientemente- a un ítem pendiente en la historia de Chile.

La presentación de la decana de la Facultad de Comunicaciones, Carolina Mardones, destacó el rol de la cultura en el desarrollo de un país, entendida como “el alma del pueblo, no la pirotecnia carnavalesca y distractora”, según apuntó el escritor Armando Roa en su presentación.

Luego Marcelo Ferrari, director de la carrera de Cine, invitó a los participantes a mostrar sus propuestas y los inquirió concretamente sobre los puntos que más han llamado la atención durante estos meses de campaña.

El foro se desarrolló de acuerdo al orden de los candidatos en la papeleta electoral, con la excepción de Eduardo Contreras, representante de Roxana Miranda y quien se excusó de asistir:

Natalie Santibáñez, representante de Franco Parisi: “Primera medida, que el Estado cumpla con el acceso igualitario a la cultura para todos. No espectáculos gratuitos sino políticas culturales a largo plazo. El eje es la creación, difusión, apoyo y fiscalización. TV pública y apoyo a los medios regionales. Reformar el Ministerio de Cultura y Patrimonio”

Marcela Latorre, representante de Marcel Claude: “Trabajamos como una asamblea, con 19 mesas de trabajo entre las que está cultura. Nos basamos en un principio, que es la raíz del problema: La constitución. La cultura debe estar en ella como un derecho universal. Las constituciones de América Latina tienen grandes capítulos de cultura, en Chile sólo hay una mención al derecho de autor. Lo que hay no resuelve bien los temas porque no da cuenta de la diversidad del país. También queremos aumentar al 2% del presupuesto de la nación, con una reforma tributaria y nacionalizando el cobre”.

Eduardo Salas, representante de Ricardo Israel: “Hemos venido planteando un tema reiteradamente: el regionalismo es nuestro eje central. Chile solo se puede desarrollar con la regionalización. Si hay algo que está centralizado es la cultura, y desde donde se puede intervenir desde el punto de vista del Estado más aún. Para eso pensamos en Asambleas provinciales, para que el presupuesto se vierta en las provincias y todos los chilenos puedan acceder a la cultura”.

Cristián Galaz, representante de Marco Enríquez-Ominami: “Como país no tenemos una política cultural. Esa carencia produce 2 efectos: la cultura no tiene importancia en Chile, es decir, se gastan 5.500 millones de dólares en armas y en Cultura poco más de 100. Año a año la cultura se ha ido mercantilizando: producción artística para la elite y circo para el pueblo. Una política cultural no es una muñeca gigante. La cultura popular está en el último lugar. Hay que hacer crecer el presupuesto al doble en 4 años y bajar el IVA al libro.  Y por supuesto proteger la producción nacional”.

Christian Torres, representante de Michelle Bachelet: “La Cultura se ha ido ganando un espacio, con debates alternativos. Más allá de las visiones personales, tenemos principios orientadores que son el factor fundamental contra las desigualdades de este país. Hacer la cultura un derecho social garantizado constitucionalmente para asegurar el acceso y no dejarla en manos del mercado. Tenemos un programa que, con respeto a los demás, será llevado a cabo en un gobierno. Hemos revisado los procesos financieros, con la responsabilidad de saber que se tiene que concretar. Cinco ejes: acceso territorial y equitativo, fomento a la creación, eje de educación y cultura, rescate de talentos, el patrimonio y la creación de un Ministerio de la cultura”.

Pablo Ortúzar, representante de Evelyn Matthei: “Pretendemos cambiar el concepto de cultura. Desde el retorno a la democracia las políticas han entendido la cultura como dos instancias que no se encuentran: la elite creadora y el espectáculo masivo. Prioridad: creación de audiencias y erradicar el debate estéril entre Estado y mercado. La cultura como creación libre debe estar fuera de estos dos sistemas, y ser una cultura al servicio del país, facilitada por el Estado pero no como el clientelismo actual. Queremos corregir las desigualdades desde el origen, estimulando las habilitaciones cognitivas de los niños”

David Albala, representante de Alfredo Sfeir: “Tengo una pregunta retórica: ¿cuando hablamos del 1%, de cuánto dinero estamos hablando? El PIB de Chile es de 260 mil millones de dólares, y en cultura se invierten 223 millones, recursos que en Hollywood alcanzarían para hacer dos películas. Hay que doblar el presupuesto y terminar el gobierno sobre los mil millones. En los últimos años se ha incentivado la oferta, eso hay que cambiarlo por políticas que apunten a la demanda, políticas que fomenten el interés. Hay que aumentar el presupuesto del Consejo Nacional de Televisión, para superar los recursos que en Estados Unidos financiarían dos capítulos de Lost”.

Ana Ramírez, representante de Tomás Jocelyn Holt: “La cultura forma parte del bienestar social de las personas, el rescate de la idiosincrasia y la idea de que Chile es un país pluricultural, donde cada región tiene algo que los identifica. Proponemos una reforma al Ministerio de la Cultura, con oficinas regionales, porque hoy todos actúan por sí mismos. También la recuperación patrimonial y una unión entre la educación y las diferentes culturas”.