En Santiago coexisten comunas como Vitacura, que posee 18,3 m2 de áreas verdes por habitante, con otras como Quinta Normal, Independencia y Pudahuel, que tienen sólo 1,3 m2 por persona.

Contar con parques y plazas en barrios vulnerables se ha convertido en una necesidad en los últimos años, no sólo por la contribución medioambiental que conlleva, sino también por su influencia en lo social y en lo político en las comunidades.

Para discutir sobre esta temática, las facultades de Gobierno y Arquitectura y Arte, de la Universidad del Desarrollo, junto a Fundación Mi Parque organizaron el seminario “Después del verde, ¿qué?”, donde debatieron autoridades, académicos y dirigentes vecinales sobre la responsabilidad pública y ciudadana para la consolidación de plazas y parques.

En la oportunidad, también se expuso una muestra fotográfica con el registro etnográfico de comunidades que trabajaron con la Fundación Mi Parque en distintos proyectos de recuperación.