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Joyas “made in Italy”: el arte de Constance Schürch, alumni de Diseño UDD 

Vivir y trabajar en Florencia, Italia, podría ser un sueño para muchos. Sin embargo, para Constance Schürch, alumni de Diseño UDD, es una realidad hace más de 9 años. Desde ese lugar crea joyas únicas y a pedido en su estudio ubicado a pasos del famoso Ponte Vecchio, donde se desempeña como joyera certificada de metales preciosos.

Recientemente hizo noticia al ganar el primer lugar en la séptima versión de “Artigiano del Cuore”, un prestigioso concurso de alta artesanía italiana a nivel nacional.  Reconoce que llegar hasta aquí no ha sido fácil, sino que un camino largo que incluyó muchos sacrificios, aprendizajes y papeleos.

Tras egresar de la universidad, trabajó durante algunos años en Prochile del Ministerio de Relaciones Exteriores y en la Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria, experiencias que le permitieron un gran crecimiento profesional. No obstante, sostiene que su esencia estaba en realizar labores con sus propias manos por lo que comenzó a asistir a un taller de orfebrería. “Siempre mi inclinación era hacia los objetos, los materiales, el taller, crear”, cuenta.

Con eso en mente, en 2015 partió a la ciudad italiana a cursar un máster en joyería, tras obtener el segundo lugar en un concurso en el que participó con un collar que representaba a Chile y que le permitió obtener una beca para llevar adelante sus estudios.

“Llegué y el modo de hacer que hay aquí, desde el modo de manipular las herramientas, el respeto por las tradiciones, hasta el amor por lo bello y bien hecho, todo es un concepto totalmente diferente a lo que yo conocía. Eso me abrió los ojos y dije yo acá encontré algo que no puedo cortar, porque me ha costado mucho encontrarlo. Recién me sentía en mi habitat y pensé:  aquí es donde tengo que estar”, recuerda Constance.

Tras concluir el máster, junto a su marido Gonzalo Vilicic, también diseñador UDD, decidieron quedarse e iniciar un largo proceso para tramitar su estadía definitiva en Italia. Así comenzó su rol de asistente del máster de joyería en la escuela donde estudió, instancia en la que siguió aprendiendo del legado de grandes maestros florentinos de los que aprendio los secretos del oficio.

Luego de la pandemia, se enfocó en levantar su empresa Constance Schürch Jewellery en la que diseña y fabrica cada una de las joyas que crea, labor poco habitual en Italia, ya que se estila que varias personas se involucren en cada una de las partes del proceso.

“Participo de todas las etapas del desarrollo de una joya. Desde las propuestas de diseño, la construcción, el grabado, el engaste de las piedras hasta el packaging,  enfocánfome en plasmar la esencia de quién llevará una de mis joyas. Me intereso en sus historias, estudio las manos que usarán ese anillo. Los hago partícipes de la creación de este mundo muchas veces desconocido, desde que fundo el metal en adelante. No hay ninguna pieza igual a otra y eso es lo que mantiene mi espiritu creativo vivo”, relata.

Como joyera privada, no cuenta con piezas ya hechas, todo es a pedido y a medida. Por eso destaca que sus creaciones son realmente únicas. A futuro busca seguir desarrollando su marca y expandir su presencia en el mercado internacional de nicho que aprecie el diseño y la calidad de su trabajo artesanal de lujo, poniendo la “customer experience” en primer lugar. A largo plazo el sueño es abrir una galería/taller donde pueda exhibir sus piezas y ofrecer talleres y cursos para compartir el conocimiento y pasión por el diseño y la joyería de alto nivel con personas de distintas partes del mundo.