Los relatos son eficaces en capturar la atención, conectar emocionalmente y persuadir. Pero un buen cuento no es garantía de verdad ni de impacto. Un cuento también puede ser eficaz en omitir y ocultar. Para alinear una organización en torno a una estrategia, atraer inversionistas o divulgar un hallazgo científico, lo tentador y fácil es recurrir a la fantasía y narrar desde la ilusión de que el mundo ya es como lo deseamos. Tarde o temprano, sin embargo, la realidad hace lo suyo y perdemos seguidores, adhesión y credibilidad.
En esta charla pensaremos cómo encontrar la historia exacta: una que mire las dificultades de frente y hable, con honestidad, tanto de los desafíos ya resueltos como de los pendientes una historia que, además de dar en el gusto, dé sentido.